sábado, 28 de agosto de 2010

De sociedad de tradicional a sociedad de comunicación de masas

En el periodo de 1888-1939, en Cataluña se produjo la transformación de una sociedad donde predominaban las formas tradicionales de comunicación a otra caracterizada por el desarrollo de las formas de comunicación de masas.

Entre las transformaciones más importantes, encontramos los puntos de partida de una sociedad de comunicación de masas:
-  Progresiva concentración urbana.
- Estructuración del territorio con una red de núcleos urbanos conectados por vías de comunicación y medios de transporte.
-  Crecimiento de la información y las mercaderías.
- Alfabetización y uniformización cultural de amplios sectores de la población que van constituyéndose como público de los espectáculos sociales de masas.


La sociedad de finales del siglo XIX vivía en medio de una irrupción de novedades que cambiaban sus vidas. Barcelona era una ciudad renovada y alimentada por la migración, el ferrocarril y la fotografía, entre otras novedades.


Aunque se sitúa el 1888, año de la celebración de la Exposición Universal, como punto de inicio de la transformación, con la implantación de elementos propios de la comunicación de masas. Es en el primer tercio del siglo XX cuando la sensación de cambio se hace más perceptible y especialmente entre 1914 y 1936, a partir de la Primera Guerra Mundial, como consecuencia del boom económico producido por la no participación, la creación de la Mancomunidad y las migraciones interiores atraídas por la industrialización, la urbanización y las transformaciones sociales.

Junto a los cambios infraestructurales y de formas de vida, los elementos más perceptibles de las transformaciones del primer tercio del siglo XX fueron los relacionados con las formas de organización política y social, que tenían que permitir encuadrar socialmente a la población y comportaban la estructuración de un sistema basado en el sufragio y en la convocatoria periódica de elecciones.
Barcelona, que se convertiría en una gran capital, se instauró como modelo de civilización donde se creó una nueva cultura popular-nacional industrial con proyección global. 

Se inició la creación de una sociedad-cultura de comunicación de masas con una generación considerada “revolucionaria”, caracterizada por la producción/ consumo de mercaderías y servicios, con claro predominio de los transportes, las comunicaciones y la energía. Se proliferó del culto al tiempo libre y la mayor dedicación a viejas y nuevas actividades se convertía en una nueva realidad.

Más tarde, la República, significó el estallido de todas las condiciones técnicas y sociales para la transformación definitiva del sistema comunicativo, elevó los conceptos de cultura y civilización reconstruyendo una verdadera cultura cívica.
En esta época, los medios de comunicación actuaron como difusores de una nueva cosmovisión y como pivote constructor de la nueva comunicación social. El proceso marcó la revitalización del papel de la sociedad civil y de los medios de comunicación propios y creció la posibilidad de recuperación de la lengua, posteriormente obstaculizada.
Este periodo de avance acabó con la guerra civil y el fascismo, que significó un retroceso de décadas, comportó la supresión de la Mancomunitat y atacó a dos de los pilares básicos de la modernización: el asociacionismo, las movilizaciones y la cultura escrita.

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