lunes, 1 de noviembre de 2010

La Vanguardia: Relación con el contexto político nacional y internacional

Cuando nos fijamos con el contexto político-ideológico del periódico La Vanguardia desde finales del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX, podemos dividir entre la ideología política de los propietarios del periódico, la familia Godó y las ideologías de los directores ejecutivos del periódico. La Vanguardia apareció en un momento político-social donde el catalanismo pasó del plano sentimental y romántico a una realidad/alternativa política para reivindicar la cultura y hacer frente al turno de partidos.

La Vanguardia la fundaron Carles y Bartolomeu Godó dos empresarios que habían hecho dinero gracias al textil en Igualada. El periódico fue la respuesta al Diario de Barcelona. Empezó siendo un periódico, un órgano de expresión del partido Liberal ante la ideología conservadora que predicaba el Diario de Barcelona. Los hermanos Godó formaban parte de una familia bien estante y burguesa. El hijo de Carles Godó, Ramón Godó fue el sucesor. Ramón fue el encargado de convertir el periódico en el más leído. Implantó mejoras tecnológicas y desligó el periódico del partido liberal. Se convirtió en un periódico independiente, que no predicaba ninguna ideología abiertamente. Aun así, con los años de propiedad de Ramón Godó el periódico adoptó la ideología de su propietario. De esta manera se puede destacar su anti-catalanismo, su conservadurismo, su apoyo a las medidas proteccionistas y su carácter burgués. Relación con el Rey Alfonso XIII quien lo inviste y lo declara primer Conde de Godó. Con la muerte de Ramón Godó, lo sustituye su hijo Carles Godó como propietario de La Vanguardia. Carles Godó intentó mantener la ideología impuesta por su padre hasta que estalló la Guerra Civil.

La dirección del periódico sin embargo tenía una ideología bastante diferente a la de la familia Godó. En 1888 Modesto Sánchez Ortiz se hace cargo del periódico y empieza a dar prestigio al periódico con columnas de famosos escritores del renacimiento espiritual catalán. Además desvincula La Vanguardia de los vínculos con el Partido Liberal y se declara independiente de cualquier idea política. Más tarde Ramón Godó, el propietario, creó un triunvirato para dividir el poder del director. De esta manera conseguía que nunca dominara la ideología del director único. Formalmente, los tres presidentes fueron: Miquel dels Sants Oliver, Ezequiel Boixet y Alfred Opisso. A la práctica el director “único” era Miquel dels Sants Oliver. La ideología del director en funciones de La Vanguardia chocó enseguida con la de Ramón Godó. Los conflictos se acentuaron con el estallido de la Primera Guerra Mundial en Europa. Las creencias e ideologías de Miquel S. Oliver (aliadófilo y humanista) chocaban con la perspectiva germanófila de Godó. Un cuadrumvirato sustituyó a Oliver en la dirección del periódico. Los elegidos fueron: Manuel Rodriguez Codolà, Josep Escofet, Didac Priu y Gaziel. Éste último dirigió el periódico de 1919 a 1936. Gaziel era partidario del catalanismo político difundido en lengua castellana, planteamiento que chocaba con los novecentistas quienes se negaban a escribir en castellano y se quedaron en círculos muy cerrados.

Ramón Godó

Ramón Godó mantiene dos posturas/principios muy concretos en La Vanguardia que no se vulnerán hasta que es intervenido por la dictadura. Por un lado prohíbe hablar de toros en sus páginas. Esta medida fue una de las pocas que se mantuvo como consecuencia del auge del catalanismo en el periódico en 1888. La otra medida, mucho más polémica, era borrar el catalanismo político de la actualidad periodística. No se permitía publicar nada relacionado con La Lliga, Cambó, Prat de la Riba y la ideología que predicaban. Con esta medida chocaba con la intención de los directores del periódico que querían potenciar el catalanismo (aunque los escritos fueran en castellano).   

La Vanguardia fue y es un periódico de masas. Durante sus primeros años de vida era claramente destinado a una sociedad burguesa, conservadora, católica. Un periódico que se postulaba a favor de la industria, la banca, el comercio, el orden y la prosperidad privada y pública.

La Vanguardia se ha mantenido durante toda la historia y en ningún momento ha sido prohibida o secuestrada. Esto se debe a que ha sido lo suficientemente "inteligente" para ponerse del lado ganador. Aunque durante periodos autoritarios o con menos libertad, como durante la Dictadura de Primo de Rivera o la Dictadura de Franco, el periódico fue intervenido, como toda la prensa española, y pasó a ser un órgano más del gobierno, sin libertades y con manipulación de la información.

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