lunes, 1 de noviembre de 2010

La Vanguardia: Innovación (I)

El periódico La Vanguardia, mostraba signos de modernidad desde sus primeros años, cuando apenas contaba con una docena de redacoters y medios técnicos escasos. Muestra de ello es que fue el primero dos ediciones diarias.

Completaban la portada un cuadro sobre de la información meteorológica, una serie de anuncios publicitarios y una guía de espectáculos del Teatro Principal y del Gran Teatro del Liceo.
En la tercera, cuarta, quinta y sexta página, la información dominante erade carácter local. 

La siguiente habla exclusivamente de los espectáculos del día; la ocho de la situación económica y la nueve y le diez estaban dedicadas a los comentarios de los diversos corresponsales ubicados en Madrid o en distintas capitales extranjeras. 

En lo que al diseño se refiere, las primeras ediciones eran bastante sencillas. Los artículos  aparecían escritos en una única columna y la letra era considerablemente grande. No existían titulares destacados, se utilizaban las simples mayúsculas remarcadas con negrita precedidas de largas barras separadoras para diferenciar los temas de los que se hablaba. Los anuncios publicitarios, en cambio, estaban mucho más elaborados y poseían una mayor variedad de tipos y tamaños de letra.
La austeridad en el diseño cambió progresivamente con la mejora y el avance de los medios técnicos. 
Constaba de 24 páginas en tamaño cuarto (unos 203 X 131milímetros). En la portada aparecía el nombre del diario en letras destacadas sobre dos pequeñas "aclaraciones". "diario político y de avisos y noticias", haciendo referencia al marcado carácter ideológico del periódico, junto a la frase: "órgano del partido constitucional de la provincia".
Completaban la portada un cuadro sobre de la información meteorológica, una serie de anuncios publicitarios y una guía de espectáculos del Teatro Principal y del Gran Teatro del Liceo.
En la misma tercera, cuarta, quinta y sexta páginas, la información dominante era la de carácter local barcelonés. La siguiente nos hablaba exclusivamente de los espectáculos del día, la ocho de la situación económica y la nueve y le diez estaban dedicadas a los comentarios de los diversos corresponsales ubicados en Madrid o en distintas capitales extranjeras. En lo que al diseño se refiere, el primer número y los que lo siguieron eran bastante sencillos. Los artículos del diario aparecían escritos a una única columna y la letra era considerablemente grande. No existían titulares destacados sino que se utilizaban las simples mayúsculas remarcadas con negrita precedidas de largas barras separadoras para diferenciar los temas de los que se hablaba. Los anuncios publicitarios, en cambio, estaban mucho más elaborados y poseían una mayor variedad de tipos y tamaños de letra. Pero esta austeridad en el diseño iba a cambiar progresivamente con la mejora y el avance de los medios técnicos.

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