lunes, 1 de noviembre de 2010

Problemas políticos ante el desarrollo de la Exposición

La exposición quería ser la culminación del catalanismo impuesto por La Mancomunidad Catalana, el aparador al mundo de su trabajo de culturización y catalanización. Pero, ¿Por qué acabó convirtiéndose en un motor económico para la dictadura de Primo de Rivera? ¿Cómo perdió ese catalanismo que la definía desde su génesis?

La Exposición tuvo retrasos en los terminios de construcción de los edificios, hubo un cambio de localización (en un principio se pensó en la zona del Besos). Pero los conflictos político-sociales del momento también contribuyeron en los retrasos que sufrió la Exposición. 

El motivo principal fueron los problemas que se sucedieron para llevar a cabo la exposición, el cambio de localizaciones, y los constantes retrasos que tuvieron, estaba prevista para 1923, pero la irrupción de la dictadura la atrasó hasta 1929. Además la exposición siempre fue un evento cambiante. Se ideó como culminación del plan de enlaces y renovación de la ciudad de Barcelona y sus relaciones con el resto de Cataluña, esta idea acabó evolucionando hasta convertirse en un evento de características universales, una exaltación al arte.

El primer tercio del siglo XX, fue un período muy turbulento en todo el mundo y Cataluña se mostró como unos de los territorios más conflictivos. A diferencia del resto de España, Cataluña ya vivía una sociedad industrializada, una sociedad más polarizada que luchaba por sus derechos contra el poder. El poder lo ocupaban los propios empresarios que mediante el partido de La Lliga Regionalista y la Mancomunidad de Cataluña lo administraban favoreciendo sus intereses. Durante el primer tercio de s.XX Cataluña vivió dos grandes conflictos que llevaron consecuencias en todos los ámbitos: La Semana Trágica y La Vaga de la Canadenca.

Se conoce como Semana Trágica a los hechos que sucedieron en Barcelona en 1909 entre el 25 de Julio y el 2 de Agosto. El detonante de las revueltas fue la movilización de las tropas reservistas para enviarlas a la guerra de Marruecos. Fue una revuelta proletaria contra la burguesía industrial y la iglesia. La revuelta fue reducida con facilidad con el ejército pues no había líder ni organización.

La Vaga de la Canadenca (1919) fue una huelga de los trabajadores de La Canadenca, la empresa encargada de iluminar Barcelon. La  manifestación que  duró mes y medio provocó el caos en la capital catalana. La vaga fue convocada por la CNT y pedía un aumento del salario base y una jornada laboral de 8 horas. Los industriales catalanes (votantes de La Lliga) se vieron desbordados y pidieron ayuda al gobierno español. El ejército erradicó la vaga y ese fue el principio de conflictos continuos entre obreros y patronal. Unos conflictos que siempre se solucionaban con la declaración de Estado de Guerra por parte del gobierno español y la pérdida de derechos del pueblo catalán y todo aquel que intentara luchar por sus derechos.

Estos dos conflictos se solucionaron de la misma manera, pidiendo ayuda al ejército español. De esta manera, la Mancomunidad y La Lliga quedaron en evidencia. Preferían perder el elemento catalanista que el poder, y es que como burgueses industriales no podían permitir que el proletariado consiguiera poder. Estos conflictos provocaron que el desarrollo de la Exposición Internacional celebrada el 29 quedara en un segundo plano.
Además, la Mancomunidad y la Lliga tuvieron que hacer frente a la oposición. La oposición constaba de partidos obreristas como el partido republicano de Lerroux, y por el catalanismo republicano (encabezado por ERC liderado por Macià y Companys) y proletario que aumentaba en popularidad contra el creciente desprestigio del gobierno.

Todos estos problemas y conflictos provocaron que el catalanismo político conservador quedara contra las cuerdas. Si intentaba hacer frente a toda la oposición sindical, obrera y republicana lo más probable era que perdieran. Por ese motivo a cambio de mantener el poder, renunciaron progresivamente el factor catalanista característico y empezaron a simpatizar más y más con el gobierno español (con el que siempre habían tenido relación, en los últimos años simplemente se acentuó). El ejemplo extremo es Francesc Cambó, quien con la llegada del dictador Primo de Rivera, lejos de mostrarse contrario con su política anti-catalanista diciendo: “Cataluña tiene que reconocer que la dictadura de Primo de Rivera fue creada y engendrada por la propia Cataluña”.

Basándonos en este razonamiento podemos entender la evolución de la política catalana que estaba al poder y de la mancomunidad. Este cambio radical sobre el concepto catalanista es muy parecido y funciona de forma paralela en la preparación de la Exposición Internacional celebrada finalmente en 1929. El evento empezó siguiendo los ideales catalanistas que hicieron grande la exposición de 1888 y acabó siendo un proyecto sin rumbo que perdió toda la simbología catalana convirtiéndolo en un evento económico-cultural y festivo.

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