lunes, 1 de noviembre de 2010

La Vanguardia: su economía después de la Exposición Internacional

El 1 de febrero de 1931 La Vanguardia celebraba su cincuenta aniversario en un ambiente político incierto. La dictadura de Primo de Rivera había caído y la monarquía estaba débil. Unas elecciones se veían próximas. En un artículo de principios, La Vanguardia se definía a sí misma como “apolítica e informativa” e indicaba que había llegado a vender 200.000 ejemplares, pero esto no era cierto según fuentes de la misma empresa. Vendía 138.526, la mitad en quioscos y la otra mitad a los subscriptores.
La empresa de los Godó era un negocio saneado, con una facturación de cuatro millones y medio en materia de publicidad. El mismísimo director Josep Escofet definía a La Vanguardia como el diario de masas en el que se había convertido gracias a que “el público interviene tanto o más en su confección material que en la orientación de su espíritu”.

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